Los síntomas de la gripe son parecidos a otras enfermedades, y a lo largo de la historia sus síntomas se han confundido con otras enfermedades como el resfriado común, alergia, el dengue o la fiebre tifoidea.
El virus de la gripe ataca a las vías respiratorias en los humanos y otros animales, provocando un colapso total en casos de gran gravedad. Sus síntomas son dolor de cabeza, tos seca, dolores musculares, malestar general y en muchos casos fiebre alta. En cepas más letales y agresivas como la que atacó en 1918, los pacientes sufrían hemorragias internas, dolores agudos en las cuencas de los ojos, manchas en la cara y los ojos, así como edemas pulmonares y hemorragias internas.
La gripe es difícil de detectar debido a su similitud con otras enfermedades, sin embargo hay señales claras de que se trata de una gripe y no de un resfriado como comúnmente se confunde. La gripe presenta ciertos cuadros que la diferencian del resfriado, como por ejemplo el hecho de que al principio presente menos mucosidad en la tos, además de ser una enfermedad más resistente que un resfriado, el cual se quita tomando agua y descansando, mientras que para la gripe debemos estar medicados. También hay una evidente diferencia en cuanto al grado de malestar.
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